Herejía de Horus para novatos I

La Herejía de Horus es uno de los pilares centrales de Warhammer 40k. La acción se ubica 10.000 años antes, exponiendo los sucesos que definirán el Imperio de la humanidad en el presente de la línea temporal del trasfondo. El conjunto de relatos, novelas e historias que rodean el universo de la Herejía es increíble y muy detallado, lleno de personajes de gran carisma, intrigas y batallas.

Si eres nuevo en Warhammer 40k, puede ser una tarea ardua ponerse al día de todo el trasfondo relacionado con la Herejía de Horus. Por suerte has llegado al sitio correcto, ¡nosotros te lo contamos! Este artículo, y los posteriores que vendrán, tienen objetivo introducir a los nuevos jugadores al trasfondo de la Herejía  de Horus y en cierta medida a Warhammer 40k, narrado de una forma estructurada y sobre todo resumida 🙂

Herejía de Horus · Resumen

Bien, imaginemos que nos encontramos en el planeta Tierra (llamado Terra) dentro de muchos años. La humanidad, pese a la tecnología avanzada que posee, se encuentra en una época oscura. Las guerras son continuas, y lo que antes era una civilización que se extendía por toda la Galaxia, ahora es un conjunto de sistemas aislados entre si.

Es entonces cuando surge una figura que tomará las riendas del destino de la humanidad, el Emperador. No es un hombre como tal: sabio, justo, inmortal y un poderoso psíquico. Incomparable al lado de cualquier ser humano. Obviamente, una figura de tal poder requiere de un ejército a la altura, y es aquí donde entran en juego los Astartes.

Emperador de la Humanidad

Fruto de la tecnología genética, el Emperador creó una versión mejorada del ser humano. Se dice que un soldado Astartes tiene el valor de 100 humanos normales. Su altura es mayor, de más de dos metros y medio. Poseen órganos adicionales que mejoran su  percepción, fuerza y destreza. Además, por si eso fuera poco, la fisiología de un Astartes hace que no pueda sentir el miedo.

“Son mi bastión contra el Terror. Son los Defensores de la Humanidad. Son mis Marines Espaciales, y no conocerán el miedo
El Emperador

La Gran Cruzada

El Emperador puso en marcha un gran proyecto. Creó un ejército de estos nuevos super soldados. Una fuerza imparable que en poco tiempo se hizo con el control del Sistema Solar, y permitió recobrar el sueño de una Humanidad unida. El objetivo era unificar de nuevo a todos los seres humanos repartidos por la Galaxia, formando un gran Imperio. Basándose en los mismos principios genéticos le habían llevado a la victoria, 2o legiones Astartes comenzaron a gestarse. Cada una de ellas estaría dirigida personalmente por un Primarca, guerreros creados a partir del código genético del propio Emperador, sus “hijos”. Cada legión comparte los atributos de su Primarca, definiendo el carácter y habilidades de la propia legión.

Comparación de guerrero Astartes con soldados modernos

Tras diversos contratiempos, 18 de las legiones fueron viables y sus Primarcas tomaron las riendas de los ejércitos de la Humanidad. El propio emperador lideró a sus hijos en lo que se denominó la “Gran Cruzada”, logrando cientos de victorias y expandiendo los territorios de su ejército. El credo del Imperio fue transmitiéndose a todos los mundos anexionados con el objetivo de acercarles a la cultura del Imperio. La “Verdad Imperial” fue inculcada en cada planeta, exponiendo que la luz de la razón y la ciencia son las únicas verdades de la Galaxia. No hay deidades, no hay demonios.

Con el paso del tiempo, el Emperador se retiro a Terra, con un proyecto secreto entre manos. Dejó al mando de la cruzada a su hijo más querido, Horus, nombrándole Señor de la Guerra. Bajo su mando, la Gran Cruzada continuó, obteniendo gloriosas victorias en lo que parecía la era dorada del ser humano. Por desgracia, no todo podía ir bien. Pese a lo que pregonaba la Verdad Imperial, fuerzas oscuras aguardaban su momento. Si existían los dioses.

Señor de la Guerra Horus, corrompido por las deidades del Caos

La traición

Las deidades del Caos, antiguas y malvadas sedujeron a varias de las legiones, entre ellas la comandada por Horus. La fuerza rebelde se posicionó en contra del Emperador, considerándole indigno y tratando de reemplazarlo por el Señor de la Guerra. Algo que parecía inimaginable, la lucha entre hermanos, Astartes contra Astartes, se convirtió en una realidad. Las legiones se alinearon, dividiéndose entre leales y traidoras.

Tras darse a conocer la traición cientos de soldados fueron asesinados. Los poderes otorgados por parte de los dioses del Caos dieron superioridad a los traidores. Los combates fueron encarnizados y varias de las legiones leales sufrieron daños irreparables por culpa del engaño del Señor de la Guerra. Varios Primarcas murieron dieron su vida por el camino.

La guerra civil continuó su avance arrasando sistemas enteros, hasta llegar a la propia Terra. Las legiones traidoras y huestes de demonios llegaron hasta el propio palacio del Emperador. En un último intento desesperado el propio Emperador asalto la nave insignia de Horus. Ambos se batieron en un duelo sin igual. Horus consiguió herir al Emperador de muerte, quien pese a las graves heridas logró matar a Horus.

Tras la muerte de su comandante, los ejércitos sublevados se batieron en retirada, pero el daño ya estaba hecho. El emperador, cerca de su muerte, mando construir una cámara conocida como el “Trono Dorado” que le preservaría con vida pese a las mortales heridas. En su último aliento, fue enterrado en sus profundidades, donde el soporte vital le preservaría con vida. Ningún mortal ha vuelto a comunicarse con él en 10.000 años, justo donde comienza el trasfondo de Warhammer 40k.

Emperador en el Trono Dorado

Continuará

Espero que os haya gustado el resumen y tengáis una idea inicial con la que empezar a disfrutar del trasfondo de Warhammer 40k y la Herejía de Horus. ¡Recordad que ni siquiera hemos arañado la superficie de la historia! Pronto hablaremos de muchas cosas que hemos dejado por el camino con más detalle (las legiones, primarcas, etc…). No os lo perdáis.